La malva blanca, uno de los ingredientes principales, es conocida por sus propiedades calmantes y suavizantes, lo que la hace ideal para pieles con tendencia a reaccionar ante productos químicos agresivos o factores ambientales.
Principales usos y beneficios:
1. Ingredientes Naturales : Además de la malva blanca, la fórmula incluye otros ingredientes naturales como aceite de coco y aceite de sésamo, que ayudan a nutrir la piel y mantener su hidratación natural.
2. Propiedades Calmantes : La malva blanca tiene propiedades antiinflamatorias que ayudan a calmar la piel irritada y reducir el enrojecimiento, aliviando la sensación de picazón y malestar.
3. Protección de la Barrera Cutánea : Esta crema ayuda a fortalecer la barrera cutánea natural de la piel, protegiéndola contra la pérdida de humedad y haciéndola menos propensa a la irritación.
4. Sin Fragancias Artificiales : Al no contener perfumes sintéticos ni conservantes artificiales, es adecuado incluso para las pieles más sensibles y reactivas.
5. Fácil de Aplicar: Se recomienda aplicar una pequeña cantidad de crema sobre la piel limpia y seca, masajeando suavemente hasta que se absorba por completo. Puede ser utilizado diariamente y es adecuado tanto para el rostro como para el cuerpo.

Alguna recomendación adicional para el cuidado de las pieles atópicas:
- Evite los limpiadores agresivos : Utilice limpiadores suaves y sin fragancias que no eliminen los aceites naturales de la piel. Los productos hipoalergénicos y sin jabón son ideales.
- Hidratación regular : Aplicar crema hidratante al menos dos veces al día para mantener un nivel adecuado de humedad en la piel. Los productos con ingredientes naturales como la caléndula, la avena o el aceite de almendras son beneficiosos.
- Temperatura del agua : A la hora del baño o la ducha, use agua tibia en lugar de caliente, ya que el agua caliente puede deshidratar y agravar la piel sensible.
- Ropa adecuada : Opta por prendas de algodón o tejidos naturales que no irriten la piel. Evite las lana y los materiales sintéticos ásperos.
- Protección solar : Usa protector solar diseñado para piel sensible todo el año, incluso en días nublados. Asegúrese de que esté libre de productos químicos agresivos.
- Ambiente controlado : Utilice un humidificador en los meses secos o en climas áridos para mantener la humedad del aire, ayudando a prevenir la deshidratación de la piel.
- Dieta equilibrada : Consumir alimentos ricos en ácidos grasos esenciales, como pescados grasos, nueces y semillas, que pueden favorecer la salud de la piel desde el interior.
- Consulte con un dermatólogo : Si la piel atópica o sensible no mejora con medidas caseras, un dermatólogo puede recomendarle tratamientos específicos o diagnosticar afecciones subyacentes.
Cuidar de la piel sensible es un esfuerzo continuo, pero con la atención adecuada, puedes mantenerla cómoda y saludable.